Emigrar De Venezuela a Holanda

Una Historia de Resiliencia y Éxito

Salí de Venezuela hace 20 años, para vivir con mi novio holandés, imaginando una vida llena de nuevas experiencias, oportunidades y desafíos que me ayudarían a crecer tanto personal como profesionalmente.

Con determinación en mi corazón me despedí de mi familia y amigos y me embarqué en un viaje en busca de mis sueños en un país extranjero.

Cuando aterricé en el aeropuerto de Schiphol, Holanda, me embargó una mezcla de emoción y nerviosismo. Había dejado atrás todo lo que me era familiar (mi cultura, mi idioma, mi zona de confort) para perseguir un sueño que parecía a la vez desalentador y estimulante.

Armada con mis habilidades, educación y una sólida ética de trabajo, comencé la búsqueda de empleo en el área de las Telecomunicaciones. Sin embargo, la realidad de buscar empleo en un país extranjero resultó ser más desafiante de lo que me había previsto.

Las barreras lingüísticas, las diferencias culturales y los mercados laborales desconocidos plantearon obstáculos en mi camino., eso aunado a la tensa situación política que se vivía en ese momento.

Rechazo tras rechazo y terminé sintiéndome desanimada. Pero no me di por vencida. Sabía que había llegado demasiado lejos como para permitir que los obstáculos me impidieran alcanzar mis objetivos.

Siempre me recuerdo

"Quien yo soy no lo negocio con nadie"

Con resiliencia y determinación, continué estableciendo contactos, solicitando empleo y mejorando mis habilidades lingüísticas, estudié el idioma holandés durante un año y medio, día y noche y recibí el diploma de holandés como segunda lengua (NT2), esto me dió finalmente los frutos después de meses de perseverancia y arduo trabajo, conseguí un trabajo en una prestigiosa empresa multinacional en la que hasta ahora sigo trabajando.

Soy madre trabajadora y a mucha honra, es el legado que le dejaré a mis hijas. No ha sido fácil ser madre y trabajar en un país como Holanda, en Venezuela todo conspira para hacerlo posible, nuestras madres, abuelas, vecinas, guarderías asequibles. En Venezuela una madre trabajadora no es tema de discusión, es lo más normal que existe. Siempre me recuerdo a mí misma “Quien yo soy no lo negocio con nadie”

 La fuerza, resiliencia y determinación inquebrantable son necesarias para lograr nuestros objetivos. 

Gracias a una amiga conocí al Centro Latinoamericano de Orientación lo cual doy gracias a Dios hasta el día de hoy, no solo encontré allí mi familia Latina en Holanda sino que las charlas de orientación me ayudaron en la parte personal y profesional.

Desarrollé mis “soft skills” conocí la cultura y los diferentes sistemas de la Sociedad Holandesa que fueron parte fundamental para desarrollarme profesionalmente en este país.

Darle valor al trabajo voluntario cosa que en mi país de origen no se estimula mucho entre los jóvenes, ese valor al trabajo voluntario lo continúo poniendo en práctica en la compañía donde trabajo, ayudando a otros que se encuentran en estos momentos como yo hace años aterrizando en Holanda con una maleta llena de muchas ilusiones. 

Hoy después de 20 años recuerdo la primera vez que pisé Schipol, con un sentimiento de orgullo y logro.

Espero que mi historia sirva de inspiración para todas aquellas mujeres y hombres  Latinos que vienen a Holanda para que se atrevan a soñar en grande y corran los riesgos en pos de sus objetivos.

Soy la prueba de que con valor y determinación se puede superar cualquier obstáculo y alcanzar el éxito, sin importar lo lejos que se encuentre uno de casa.



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